martes, 18 de noviembre de 2008

Japón animado


Dos explosiones nucleares pueden significar un cambio radical en el tratamiento de las temáticas culturales de una región. En específico, las de Hiroshima y Nagasaki en Japón el 6 y 9 de agosto de 1945. Como efecto colateral surge un nuevo género de animación, una nueva representación creativa de la cultura de posguerra de Japón. O por lo menos animación con tópicos, personajes y relatos más elaborados, mejor estructurados y complejos.

El anime es un término que se utiliza para englobar todo tipo de elementos relacionados con la animación procedente de Japón. En sus guiones se detecta una diversidad de temas referidos a la ficción, a la tecnología, la sexualidad, la naturaleza, la fantasía, el humanismo e incluso el sintoísmo, el cristianismo y el misticismo en general. Paralelo al mundo del anime funciona también una manera tradicional de animación: el dibujo estático en papel, el cómic, que en Japón es conocido como manga y que como primera forma de representación animada sirve de influencia directa tanto en videojuegos como para el anime japonés.

Si bien la animación japonesa encuentra sus orígenes en la segunda década del siglo XX influenciada por Disney, no es hasta que la generación sobreviviente a dos guerras mundiales reflexiona sobre una región post–apocalíptica que las animaciones de Japón encuentran cierta profundidad en sus historias. En este contexto, mientras que los dibujos animados de Occidente se caracterizaban por dirigirse a un público infantil, el anime se planteaba a un sector joven con lenguajes y temas más maduros y propositivos. Este detalle se perfiló a una diversidad de géneros para la animación.

“En la década de los sesenta, el anime se promueve en dos lemas, uno conocido como Shoûnen y otro denominado Shoûyo. El Shoûnen se caracteriza por tener un público más varonil, con temas  de violencia y mucha acción. Por otra parte, el Shoûyo toma las relaciones de los personajes con sus amigos y familiares; un género más emotivo”. El éxito de estas producciones conlleva a la fundación de estudios televisivos para la realización de anime a partir de mangas. Entre ellos Toei Animation, que promueve la serie Candy Candy, al igual que Astroboy de Mushi Productions.

Personajes más psicología
Luego de que en los ochenta predominaran las alusiones a la tecnología como los característicos robots gigantes y las ciudades devastadas por las guerras, en la última década el anime ha sido un medio conductor para la exploración de la psique humana. En 1995 con la llegada de la serie Neon Genesis Evangelion de los estudios Gainax, la animación japonesa sufre una notable transformación en el tratamiento de sus personajes. “Después de Evangelion, el anime intenta contextualizar la personalidad de los personajes con el entramado de una historia en específico. Es un antes y un después que marca la introducción de los conflictos existenciales, más complejos e incluso oscuros de los protagonistas de una narración”.

Fuente El Periodico, noviembre 18, 2008