domingo, 16 de agosto de 2009

El Valor de una amistad


Fuimos creados por Dios de una manera muy especial, el nos hizo para compartir, para relacionarnos con otras personas. Cuando tenemos comunión con otras personas, fortalecemos el afecto personal entre nosotros, ese afecto que es puro, desinteresado, que nace y se fortalece con el trato frecuente. Muchos de nosotros tenemos amigos y hemos vivido experiencias únicas y maravillosas de ese cariño compartido. Hay un deleite y una satisfacción cuando tienes a alguien con quien compartir, alguien que te escuche, que te aconseje, que te consuele, que se goce contigo, que este dispuesto a apoyarte siempre.